Rico y auténtico, hay un muy buen servicio aunque tienen un menú chiquito. Preferiblemente para desayunar o merendar.
En diciembre: lo mejor es acercarte a una estación anterior a la de la basílica y luego tomar el metro, eso sí, hay que venir con muchas ganas de caminar. Ya adentro todo es bastante ordenado.
Aunque hay algunos horarios específicos para las bendiciones prácticamente en todas las misas lo hacen.
Generalmente está lleno por las tardes del fin de semana así que si puedes llega con tiempo, el ambiente es bueno desde para un café con amigas hasta una cena romántica.
Es muy pequeño para la cantidad que normalmente tienen así que avanza más lento que en los demás pero vale la pena por su cocina y atención.
Muy buen servicio y precios justos por las raciones. Todos los platillos son creativos y únicos. Pide para compartir.
Un ambiente súper acogedor y comida típica riquísima. Si hay mucha gente (que es casi siempre) el servicio baja un poco pero son muy amables. Si hay natas no dudes en pedirlas.
Definitivamente las mejores vistas se aprecian desde aquí pero las fotos se ven mucho mejor un poco más a la derecha.
Hay una escalera para ver a la Virgen desde abajo. Definitivamente hay que verla desde varias perspectivas para poder apreciarla.
De la mejor barbacoa que he probado, buen servicio y buenos precios. Definitivamente bueno para terminar de despertar.
